miércoles, 26 de enero de 2011

LEYENDAS DE LA ALMERIA ANTIGUA: EL SANTO CRISTO DE LA ESCUCHA



LEYENDAS DE ALMERIA ANTIGUA: EL SANTO CRISTO DE LA ESCUCHA


Fray Diego Fernández de Villalán, 4º obispo de la diócesis de Almería, fue un obispo muy implicado en los problemas de Almería, su pontificado duró desde 1523 a 1556, él fue el promotor de levantar la nueva catedral tras destruirse la primera por el terremoto de 1522 situada en la Almedina, en el lugar de la actual iglesia de San Juan.


Villalán tenía predilección por el Cristo de la Escucha y quiso que estuviese presidiendo su capilla y cuando muriese que estuviera siempre junto a él dicha imagen, por ello la imagen devocional, preside la capilla más importante de la Catedral llamada precisamente la del Santo Cristo de la Escucha y donde está el sepulcro del obispo. Dicha capilla es además la más antigua de la Catedral, es de finales del gótico y se encuentra en el centro de la girola (el pasillo que rodea al altar mayor por detrás) arropada por las de San Indalecio y la de la Virgen de la Piedad.


El Cristo de la Escucha tiene muchas versiones sobre su aparición que siempre han estado envueltas en el misterio y en velo de leyenda una de ellas es la que relato a continuación:


Tras la conquista cristiana en 1489, se fueron a vivir a una casa propiedad de unos moriscos expulsados una familia de cristianos viejos, dicha familia constantemente escuchaban a lo lejos de un lugar concreto la palabra ¡Escucha! ¡Escucha!, tabicaron esa parte de la casa y al poco tiempo se marcharon. Vinieron otros cristianos que empezaron de nuevo a oir la palabra ¡Escucha! ¡Escucha!, la familia por curiosidad se dirigieron al lugar derribaron el muro y el tabique y siguieron picando y se encontraron a un Cristo con la faz ensangrentada emparedado. Desde entonces según la Leyenda se le llamó el Santo Cristo de la Escucha.


El Santo Cristo sale en procesión multitudinaria en Vía Crucis en la madrugada del Viernes Santo de la Catedral recorriendo las calles del centro de Almería, es un Cristo de color negruzco con una anatomia casi perfecta y cadavérica y un rostro que refleja su sufrimiento. Dicho Cristo tan devocional entre el pueblo almeriense fué víctima de la destrucción en la Guerra Civil, realizando Jesús de Perceval una copia del mismo.


Esta es una de las versiones de la leyenda de este Cristo de la Escucha que se encuentra en la Catedral, y como todos sabemos las leyendas, leyendas son y se llegan a convertir en parte de la historia y de las tradiciones de una ciudad como es esta que se ha relatado.



miércoles, 19 de enero de 2011

Rincones con encanto: Plaza de Bendicho

Breves apuntes sobre la Plaza de Bendicho


La Plaza de Bendicho es una Plaza recoleta que se remonta a finales del siglo XVIII en una de las fachadas laterales de la catedral, justamente , bajando la calle cubo, llamada así por el cubo que hay en un extremo de la fachada principal de la catedral que alberga la capilla de la Piedad, en dicha calle cubo y frente a la Plaza está uno de los torreones más importantes de nuestra catedral fortaleza que alberga en su interior la capilla más importante de la catedral: el Cristo de la Escucha donde está el sepulcro del obispo fundador de la Catedral: Fray Diego Fernández de Villalán. En el exterior se puede apreciar el simbolo de Almería el Sol de Portocarrero.
En dicha plaza apreciamos una casa restaurada del XIX que es la actual sede del Patronato Provincial de Turismo: la antigua Casa de la Música y junto a ella, nos encontramos con la casa más antigua que posee Almería recientemente restaurada por el arquitecto Ramón de Torres: la Casa de los Puche, que se remonta al siglo XVI pero se restaurá casi en su totalidad en el siglo XVIII. La familia de los Puche fueron uno de los primeros repobladores cristianos de la ciudad tras la toma de la misma por los Reyes Católicos, procedían de Cataluña y su apellido era Puig, que en fonética desembocó a la pronunciación de Puche. La última descenciente de los Puche fue Maria Dolores Puche (siglo XIX) que se caso con Francisco Juan Bendicho y Quelty un político procedente de Málaga que hizo mucho por Almería y en su memoria le pusieron a la Plaza su apellido. Maria Dolores y Francisco Juan, fueron los promotores de la construcción de la capilla del Hospital de Santa María Magdalena. La casa es una auténtica joya del barroco tardío, donde podemos observar unos balcones muy característicos curvos con guardapolvos y si entramos observaremos un patio porticado que es la joya de la casa y alrededor del patio se distribuyen las dependencias. la casa tiene un aljibe. La vivienda es ahora la sede de la Cofradía del Prendimiento.
En la plaza nos encontramos el busto de Celia Viñas que ejecutó el artista almeriense fundador del movimiento Cultural Indaliano Jesús de Perceval, amigo de Celia que también fué integrante de dicho grupo. Celia nacida en Lérida y criada en Palma de Mallorca, llegó a Almería en 1943 en plena posguerra para impartir clases en el Instituto de Segunda Enseñanza, actual Escuela de Artes. Ella adoraba a sus alumnos, los ayudaba y les enseñó a estudiar realizando cuadros sinópticos. Amaba Almería y quería que sus alumnos tambien la adoraran, por ello realizaba muchas excursiones culturales fuera de clase conociendo rincones de Almería, uno de sus preferidos fue la Plaza de Bendicho. Revolucionó la enseñanza y logró que los estudiantes amasen los libros y el estudio, pero fue muy criticada ante la sociedad conservadora. Se casó con Arturo Medina un almeriense que dió clases en la Escuela Normal de Magisterio, donde ella también se sacó la carrera, aunque ya era licenciada en filosofía y Letras por la especialidad de literatura. En el año 1953 se casaron y vivieron junto a la antigua Mezquita Mayor actual iglesia de San Juan. En 1953 el Instituto de Segunda Enseñanza se trasladó a lo que hoy es el Instituto Celia Viñas que en quellos años era la Escuela de Artes, y la Escuela de Artes se trasladó al lugar que actualmente ocupa. Por sus ganas de tener niños y al tener miomas en la matriz se sometió a una intervención quirurgica y ya de allí no salió con vida, muriendo a la edad de 39 años en el año 1954. En Homenaje a ella con posterioridad le pusieron al Instituto Celia Viñas. Tras su muerte dejó a un marido desolado y a unos alumnos huérfanos de su profesora querida: la señorita Celia. Alumnos suyos portaban conmocionados el ataud, fue una auténtica manifestación de despedida y con este busto quedó inmortalizada en Almería está mujer que tanto luchó por sacar a Almería del ostracismo cultural en el que se encontraba en época de posguerra y por darle vida a la enseñanza que se estaba impartiendo.
Esta plaza recoleta es un remanso de paz con sus jardines, solo su imagen se ve alterada cuando en los años 70 en pleno desarrollismo urbanístico construyeron un bloque de 10 pisos cuando era una plaza de viviendas de dos plantas. Una plaza que los almerienses no debemos de olvidar que es unos de los más bellos rincones que posee nuestra querida Almería.
La foto es del año 1900 y vemos una frondosa plaza con una fuente en el centro y se le denominaba Plaza de los Olmos. La calle que baja hasta Braulio Moreno se le denomina de los Olmos.

lunes, 10 de enero de 2011


EL ARRIBO DE LA VIRGEN DEL MAR A TORRE GARCIA


La Virgen del Mar fue hallada frente a una de las torres vigías que se construyen en el siglo XVI formando parte de la línea defensiva de costa cuyo objetivo era evitar los ataques de piratas berberiscos y turcos. Un 21 de diciembre de 1502 el guarda Andrés de Jaén encontró flotando sobre la orilla del mar la imagen de una Virgen con el Niño, de ahí el nombre de la Virgen del Mar, dicha imagen pertenecía a los restos de un mascaron de proa procedente de un probable naufragio. Desde dicho lugar fue trasladada al templo de los Dominicos, para ser expuesta al culto a primeros del mes de enero de 1503 y con el paso del tiempo se convertiría en Patrona de Almería, proclamándose oficialmente en 1806. La imagen de la Virgen del Mar es la más antigua que tiene Almería, se trata de una talla gótica de madera de nogal policromada de los siglos XIV y XV.

Torre García, situada en el Parque Natural Cabo de Gata- Nijar(municipio de Almería) estaba casi en ruinas cuando arribó la Virgen, por lo que se reedificó otra en el mismo lugar a mediados del siglo XVI, que fue restaurada en el siglo XVIII, manteniéndose siempre en buen estado durante los siglos XIX y el XX. En 1940 se colocó una lápida conmemorando la arribada (llegada) de la imagen. En 1987 el arquitecto Jesús Martínez Durbán diseñó los trabajos de rehabilitación de la torre atalaya que finalizaron en 1989. Todo este patrimonio del litoral defensivo fue declarado Monumento Nacional en 1949.

Nuestra popular Romería a Torre García, que es la primera que se organiza cada año en España, tradicionalmente se ha venido celebrando el primer domingo de enero que es cuando se expuso al culto tras su hallazgo para su veneración, pero hace algunos años se cambió al segundo domingo para no coincidir con la festividad de los Reyes Magos. Dicha Romería comenzó espontáneamente después de la coronación canónica de la Virgen en 1951, pero se oficializó con la construcción de la ermita en el año 1954 por el arquitecto Guillermo Langle Rubio, siendo inaugurada en 1955. Destaca su estructura simulando una casa típica nijareña y albergando en su interior un mosaico de la Virgen realizado por Luis Cañadas.

Los actos, organizados por la Hermandad de la Virgen del Mar y la Comunidad de dominicos, comienzan a primera hora de la mañana con una misa en Honor a la Virgen en su Santuario, posteriormente la Virgen en su Carroza y en Romería llega hasta Torre García recordando su arribo, y posteriormente baja de la carroza y es portada a hombros hasta la torre y después la ermita. A mediodía se celebra una misa oficiada por el Señor Obispo con presencia de todas las autoridades. Siempre alrededor de la ermita se organizan multitud de atracciones y actos: bailes folclóricos, paseo de caballos, chiringuitos, se visita a la Virgen en su ermita y las familias se reúnen para pasar un día entrañable que cierra el período navideño. Sobre las 17,00h. la Virgen sale de la ermita con todos los Honores para ir de vuelta a su Santuario y presidirlo desde su camarín.

Maribel García Sánchez.

lunes, 3 de enero de 2011

La Plaza de Toros de Almería: una Plaza Monumental



LA PLAZA DE TOROS: EL COSO DE VILCHES

La plaza de Toros, empezó su construcción el 13 de agosto de 1887, gracias a la iniciativa de varios empresarios emprendedores de la época. En la Feria de agosto en Honor a la Virgen del Mar , y concretamente el 26 de agosto de 1888 la nueva Plaza de Toros, conocida popularmente como “El coso de Vilches” se inauguró con un cartel espectacular de toreros y ganaderías, caso de “Lagartijo” gran torero cordobés y “Mazzantini”, célebre torero de procedencia italiana.

Pero antes de su inauguración, la Plaza de Toros de Almería tuvo varios emplazamientos. Está constatado que a mediados del siglo XVII en la antigua Plaza de las Cañas, del Zoco, Plaza Vieja (como es conocida) o de la Constitución en la actualidad, se celebraban corrida de toros, acabando estos festejos en dicha plaza porticada en el año 1840.

La primera Plaza de Toros construida como edificación para estos festejos, se encontraba situada entre los solares de la calle Granada y Murcia, en el margen derecho de la Rambla, donde parte del solar lo ocupa en la actualidad la zona conocida como “Malecón de los Jardinillos”. De toda esa zona queda un testigo que recuerda a la Plaza, es la Calle Gordito y queda también restos de la antigua Plaza en el Patio Gordito.

La calle Gordito está dedicada a Antonio Carmona, apodado “El Gordito”, un torero que tenía una visión particular de la llamada “Fiesta Nacional”. Esta Plaza conocida como “Coso de Belén”, comenzó a construirse en el año 1847, pero en agosto de 1848, el Gobernador Civil dio permiso para mejorar sus instalaciones que se habían quedado pequeñas. La plaza era un anfiteatro circular murado con un aforo máximo de 4.000 localidades con el añadido de instalaciones complementarias en graderío y palcos.

A pesar de esta remodelación a finales del siglo XIX, la Plaza se volvió a quedar pequeña y además incómoda, teniendo en cuenta las mayores necesidades que pedía una burguesía cada vez más numerosa y rica. Para dar solución a este problema, se organizó una sociedad dirigida por lo más granado de la burguesía almeriense, entre los que destacaban Felipe Gómez Vilches, como presidente de la Sociedad y la Junta Directiva formada entre otros por Emilio Pérez Ibáñez, Francisco Jover y Tovar y los arquitectos provincial y municipal Enrique López Rull y Trinidad Cuartara Cassinello. Finalmente la sociedad compró unos terrenos en la llamada “Huerta de los López”, al final de la calle Calvario. En esta nueva Plaza de Toros construida a instancias de la burguesía local, no escatimó gastos en su construcción ni en el empleo de materiales ni en la mano de obra y doblaba a la antigua en capacidad: 9.054 personas.

Su edificación tiene una característica especial, su exterior es una estructura poligonal de 20 lados, tres de los cuales se adelantan formando portadas monumentales: la de sol, sombra y principal. De las cuales, destaca la orientada al Sur que es la que se corresponde con la entrada principal. Ésta se concibe como un verdadero arco de triunfo con tres vanos, ocupando la calle central, el vano principal de medio punto sobre el que campea un emblema policromado en relieve formado por una cabeza de toro y varios instrumentos relacionados con la lidia. En la parte superior de la puerta 3 arcos tripartitos de herradura y en las calles laterales óculos de piedra . El conjunto se corona con un frontón curvo con figuras monstruosas en su arranque. Junto a la portada monumental y principal se encuentra una de las esculturas que posee la ciudad, en este caso relacionada con el edificio en particular, dedicada a uno de los célebres toreros almerienses, Julio Gómez Cañete “Relampaguito”, inaugurada en 2008. La figura del torero se apoya en un basamento a modo de podium circular con albero simulando el ruedo, estando la figura en actitud de salir a realizar el paseíllo.

Si el exterior es poligonal, su interior es circular. Interiormente está dotado de todas las infraestructuras necesarias para la realización del festejo: corrales, chiqueros, hospital, capilla. En el tendido y el ruedo circular se pueden observar tres plantas, que es toda una joya decorativa. Los tendidos y graderíos descansan sobre finas columnas de hierro fundido. En el último piso en las andanadas y palcos, de las columnas arrancan arcos rebajados con medallones donde se inscriben relieves de cabezas de toreros, en el graderío aparecen columnas que terminan en cabezas de caballos a modo de capiteles. También destacan alrededor de todas las barandillas o balconadas, donde el día del festejo se cuelgan los vistosos mantones de manilas, curiosas banderillas decorativas en todo su alrededor. Remata todo el conjunto una crestería de hierro. En el palco presidencial aparece el escudo de la ciudad con una profusa decoración.

El estilo artístico de la Plaza se incluye dentro de la etapa artística del eclecticismo clasicista y de la arquitectura del ocio y las almenas escalonadas en su remate exterior le dan un toque neomudéjar a la construcción. Los arquitectos artífices de esta arquitectura monumental como es la Plaza de Toros fueron Trinidad Cuartara Cassinello y Enrique López Rull. Hay que decir que para la Plaza está Incoado expediente para su Declaración como Bien de Interés Cultural. A mediados del siglo XX, se diseña la Avenida de Vilches (en honor a Felipe Vilches) para unir la Plaza con una de las arterias principales de la ciudad: la calle Granada.

Maribel García Sánchez. Licenciada en Historia del Arte. Artículo publicado en la Voz de Almería